Entre máquinas y bandas | EDITORIAL

 Por: Santiago Cantillo 

La orejona que nos rescató.


Ha sido la Champions más rara, indescifrable y camaleónica desde que tengo memoria. Tumbó la mayor parte de teorías y predicciones como el que le pega una patá a un castillo de arena. Desnudó supuestos equipos casi como la profesora insufrible de metodología de investigación, tumba trabajos de grado con los que vendimos humo durante meses para al final salir a exponer con titubeos y cara de nada. Le dio por fin la santa sepultura a cadáveres que hace rato venían descomponiéndose y solo se comunicaban con el mundo mediante gritos de auxilio que vociferaban sus fantasmas. Reivindicó personajes desahuciados y consumidos por el insoportable frío de la tramontana que significa perder tantas veces en tiempos donde solo sirve ganar. Pero por sobre todas las cosas, renovó esa hermosa tendencia a desafiar los límites de lo lógico y lo consecuente. Brindándonos una pertinente dosis de incertidumbre buena en tiempos de incertidumbre mala. Esa duda de no saber cómo será el planteamiento de un entrenador o la noche del crack de turno, que se parece más a la indecisión de besar o no a la mujer que nos hace ojitos a cinco centímetros de distancia que a otra cosa. Un miedo lindo que, en definitiva, poco tiene que ver con el terror que produce un virus invisible, decisiones estatales dudosas y el olor a hospital de los últimos meses. Quizá eso es lo más bonito que tiene la Champions y el fútbol. Su naturaleza, aunque tenga mucho del subibaja de la vida misma, siempre será curativa y reparadora. Da igual si lo juegas, lo ves o lo piensas. No hay forma de que no sea divertido.


Y divertida será su resolución, de eso no me cabe la menor duda. Porque se enfrentan cara a cara dos cuadros que, cada uno a su manera, son equipazos. El Bayern porque es el mejor colectivo de la competición y el PSG porque tiene hoy por hoy a los futbolistas más diferenciales del globo terráqueo. La jerarquía de los jugadores que pisarán el Da Luz, lo categóricos que se mostraron en semifinales y la paridad de dos de los planteles más balanceados de Europa hacen de esta contienda una de las finales más parejas de la última década. Por eso antes de que Daniele Orsato sople el silbato y todos nos comencemos a agarrar del sillón para prevenirnos del huracán, vale la pena desmembrar un poco el decorado de lo que será el epílogo de la Champions 19/20. 



La frialdad alemana.


La seriedad de Hansi 

Tiene nombre de personaje de Inglorious Basterds o de discípulo intelectual de Martin Heidegger. Y el ADN Bayern está presente en todo su organismo: gesticula poco, no grita los goles y siempre se le ve serio. Y por supuesto que la máquina bávara que dirige es reflejo de su mirada categórica. Me aterró que en la goleada histórica contra el Barcelona nunca dejó de dar indicaciones. Al mejor estilo alemán, no quería que su equipo bajara el ritmo y siguiera disparando su ametralladora, porque sabe que el mayor respeto para con el rival es nunca retroceder. Y hablando de retroceder, quizá el único lunar que tiene este Bayern Munich es la transición en fase defensiva. Al ir a presionar tan alto a los rivales siempre corres el riesgo de que, si sortean esa presión, te lastimen a campo abierto. La cuenta pendiente del equipo de Hans Dieter Flick son los enormes agujeros y boquetes que se le notan a la hora de defender y que expusieron en algunos tramos tanto el Barca como el Lyon. Contaron con la suerte de la incapacidad goleadora de estos dos cuadros, pero es que este domingo se enfrentan a otra cosa…

Después, en todo lo demás son un proyecto de equipo consolidado y prometedor. No les da miedo pelear en cortito porque saben que pegan más duro y con mano abierta. En Serge ApolloCreed Gnabry, el picante Perisic y Alphonso Davies tienen un vértigo fenomenal por fuera. Y adentro hacen alarde de la inteligencia posicional de Joshua Kimmich, la belleza eficaz de los gestos de Thiago Alcántara(se relame Klopp) y la llegada del ahora fisiculturista Leon Goretzka. Ya con Lewandowski me pasa algo especial. Porque es que ves sus cifras y son escandalosas, pero después es un delantero que en lo personal no me genera lo que me han generado los mejores Eto´o  y Benzema, por ejemplo. De cualquier manera este Bayern debe ser un equipo fantástico para que un killer con semejantes números no sea el más influyente del colectivo. Si en este rubro hay que quedarse con un nombre ese sería, por supuesto, Thomas Muller. El larguirucho descuerpado que es único porque inventó-literalmente- una nueva posición en la cancha: el Raumdeuter. Palabra que en español traduce interpretador de espacios. Este asesino con cara de nazi es eso, el futbolista que caza rutas despejadas y genera las ventajas para un equipo en el que es imprescindible. En definitiva, junto con Neymar Junior, el mejor de esta shempions


Uno es un inventor y otro un poco ortodoxo. Dos especies que no abundan en el fútbol de hoy. Pase lo que pase en la final, respeto eterno a estos dos animales. Juegan mucho. jj



Una banda de cumbia 

Ya hemos dicho que el hansischaft tiene debilidades para defender. Y es que no representa lo mismo hacerlo ante el más decadente Suarez o Toko Ekambi, a que a espaldas de tus volantes esté Neymar Da Silva flotando y pensando en la próxima genialidad que va a hacer. La diferencia es abismal por lo clarividente, maduro y ganoso que se lo ve al brasilero. Que además de ser un absoluto mago que saca tacos en el aire de la galera, es el guía espiritual de un vestuario profundamente unido. Solo hay que ver como con bafle en mano y sonrisa brillante siempre encabeza la alegría del plantel más divertido de Europa. Puede que las bromas en los hoteles, los videos cantando Par-tusa o Hawai y el núcleo hispanohablante(Ney,Di María, Paredes, Icardi, Ander, Keylor, etc) no garanticen  absolutamente nada. Pero que no me vengan a decir que un vínculo afectivo con el compañero no facilita que te dejes la vida por él dentro del campo. Después de todo, hay equipos legendarios que se han construido desde las risas en el playstation , los gustos musicales en común y un buen mate cocido. No hay una sola forma para llegar a la victoria, mucho menos en esta impredecible y maratónica UCL. Y está claro que el Paris Saint Germain encontró su buscada final europea soportado en lazos amistosos, uno que otro principio ofensivo de Thomas Tuchel y como no podía ser de otra manera, el nivel de las estrellas por las que dejaron caer tantos maletines de billetes sobre la mesa.


Alegría y unión en el plantel parisino.


 Y que se entienda bien: a los futboleros de bien no nos molesta que el jeque gaste plata para armar equipos de FIFA; pero lo que si nos jode es que sea una filial más de Qatar. Una nación que se ubicó en el mapa coimeando a los lagartos de saco y corbata para comprar el Mundial de 2022. Cuya construcción de estadios se llevó por delante a miles de obreros asiáticos que no pueden cambiar de empleo ni salir del país sin permiso de su patrón por las duras leyes islámicas. Las mismas que aplican pena de muerte para adúlteros y homosexuales, que tienen aún normalizados actos como los latigazos y que tienen a la mujer en una posición que bueno...es material para otro día. El caso es que hay cosas que trascienden el deporte para mal y con las que no puedo estar de acuerdo, aunque me simpatice el trato de pelota de O Ney y el bestial desparpajo de Kylian Mbappe, que es otro ingrediente del partidazo que se nos viene. Porque será un domingo hermoso y movidito. Se nos va la Champions sin público. La Champions de las sorpresas. La Champions que entre maquinarias alemanas y bandas de cumbia nos regalará una final para el recuerdo. 


Casi nueve años demoró el jeque para llegar a la final europea. Debió tardar más.



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2 Comentarios

  1. Un sueño hecho realidad símbolo mareado

    Antes de que comenzara la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, Hussein El Shahat, del Al Ahly, dijo que soñaba con jugar contra el Bayern de Múnich. ¡Hoy es el día!

    ”El Bayern es un gran equipo con muchas estrellas. Me gustaría jugar contra Thomas Muller. Me gusta él y su estilo de juego ".

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