Una Champions diferente | EDITORIAL

Por: Santiago Cantillo
La orejona es esa mujer que parece imposible de alcanzar. Es impredecible, camaleónica, mítica. No siempre se la lleva el más lindo, ni el que más dinero tiene; sino aquel que sabe entender los tiempos y manejar las emociones. El que está bien en el momento justo y cuenta con el guiño del azar. Entre los campeones de Champions encontramos equipos legendarios que hicieron escuela como el Barcelona de Pep, el Milan de Sacchi o el Ajax de Van Gaal. Planteles de jerarquía como los Manchester´s de Sir Alex Ferguson, la escuadra lombarda de Carletto Ancelotti y por supuesto, el Madrid tricampeón de Zizou. Este último la prueba más infalible de que para colgarse la medalla de campeón en la competencia más gloriosa del viejo continente es fundamental tener temple para aprovechar el momentum. Ese lapso donde la clave puede estar en hacerle un gol de camerino al equipo que salía a defenderse y a proponer un partido largo. Dar el golpe anímico de convertir cuando te están pegando un baile de novela, o incluso hacer dos o tres goles en esos veinte minutos en los que el rival está aturdido. Todos esos elementos que tienen que ver más con las sensaciones de los futbolistas y que son indetectables para el Big Data o el pizarrón, son los verdaderamente importantes en los duelos de eliminatoria directa. Si esta tendencia ya era demasiado evidente en los duelos ida-vuelta que tanto hemos disfrutado desde que tenemos memoria, lo que veremos a partir de este 7 de Agosto será muchísimo más complejo y apasionante. 

Por supuesto que si hablamos de emociones entonces tenemos que considerar todos aquellos condicionantes que afectan a los que compiten antes, durante y después de cada encuentro. Factores como la convivencia y la falta de público serán determinantes. Lo primero porque en Europa no están acostumbrados a las famosas concentraciones de hotel; lo segundo se explica bajo la premisa de que la cancha llena motiva, activa, supera o intimida a los futbolistas, y si ha sido raro ver las ligas post-confinamiento solamente con el sonido de las vociferaciones y el golpeo de balón, pues será muchísimo más inusual no ver los característicos mosaicos y avalanchas cuando se acercan los autobuses oficiales. Todo esto no hace sino incrementar más lo atípico de esta Copa Europea. Una Champions en modo mundial. 

Dicen los sabios que la Copa del Mundo es estar bien ese mes. Que poco importa cómo transitaste la eliminatoria, o cuáles fueron los resultados de los amistosos que jugaste antes de viajar. Si estás en buen estado técnico/táctico, físico y emocional durante esos treinta días que paralizan cada rincón del planeta, lo más probable es que termines con la estrella bordada en el escudo. Pues esta edición de shempions es un poco eso, una competencia mundializada donde cualquier rendimiento inesperadamente descollante o algún error tonto puede sellar tu destino. Para referenciar, poco importará si el Bayern terminó siendo el más dominante en su liga si ahora le pasa factura la inactividad. Quedaremos retratados los que vemos en el Barcelona un barco roto que se está hundiendo, si la plantilla permanece unida al menos durante los veintipico de días que estará concentrada en un hotel de Lisboa. Y por supuesto todos los que se confían de la deslucida cara de la Juventus de Sarri terminarán en ridículo si El Bicho está con ojo de tigre. Situaciones que ya hemos visto y que en un contexto tan particular pueden repetirse con todo tipo de variables.

Y aunque cueste mucho hacer predicciones, en Invente no nos interesa fajardearla. Por actualidad, gen competitivo en eliminatorias y ubicación en el fixture, el Atlético de Diego Pablo Simeone es, para quien redacta esta editorial, el máximo candidato al título. Además de dar un fortísimo golpe sobre la mesa eliminando al Liverpool (de quien hicimos un video que puedes encontrar en nuestro Instagram), todos conocemos el enorme temple de los muchachos del Cholo para defender, sostener y cuidar un resultado. Es como ese boxeador inquebrantable al que puedes romperle el mentón, las costillas y la ceja, pero ten por seguro que no se va a caer a la lona. En cambio el recto que te conectará cuando cometas un pequeño error será categórico. Después, habrá que ver que sucede con este Real Madrid burocrático, si es que logra remontarle al Pep Team. Y mirar si Neymar(el mejor jugador del mundo cuando Leo está aburrido) supera al valiente y noble Atalanta, para recuperar a Di María y Mbappe en una hipotética semifinal. Pero a priori me parece que la orejona será de ese equipo que esté absolutamente convencido de su método, cuente con el fondo físico ideal para encarar este torneo maratónico y, sobretodo, tenga mucho por ganar y poco por perder. El colchonero cumple con esa lista de requisitos. Y es el contendiente idóneo para arriesgarme a que me desnude el frenesí y la serendipia de los caprichos del fútbol. De cualquier manera, cuando se habla de la shempions, tener razón siempre será lo menos importante. La diversión está garantizada. 


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5 Comentarios

  1. Mejor descrito imposible. Creo que antes de la cuarentena era innegable el favoritismo del Bayern por su fase de grupos demoledora. Pero con lo que planteas hay un borrón y cuenta nueva en la que efectivamente el equipo colchonero tiene esos pergaminos. Además no me desagrada, siendo yo del Barsa, equipo que veo con el ánimo por el suelo y un difícil despertar, más no imposible.

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  2. Mejor descrito imposible. Creo que antes de la cuarentena era innegable el favoritismo del Bayern por su fase de grupos demoledora. Pero con lo que planteas hay un borrón y cuenta nueva en la que efectivamente el equipo colchonero tiene esos pergaminos. Además no me desagrada, siendo yo del Barsa, equipo que veo con el ánimo por el suelo y un difícil despertar, más no imposible.

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